Cientos de migrantes llegaron ayer por la tarde a Ciudad Juárez en un tren de carga, luego de que estuvieron varados durante casi tres horas en un retén militar y del Instituto Nacional de Migración conocido Precos, en el desierto de Samalayuca, 45 kilómetros al sur de esa localidad fronteriza.
Abordo de los vagones de viajaban aproximadamente 800 extranjeros procedentes de países de Sudamérica como Venezuela, Colombia, Ecuador y Guatemala, entre ellos menores de edad y bebés.
Mientras el ferrocarril estuvo detenido en el retén de Precos, decenas de indocumentados tomaron piedras y palos al tiempo que se oponían a bajar del tren.
Ante el amago de los migrantes de enfrentar a los agentes federales y evitar ser detenidos, además de que había presencia de reporteros, los encargados del puesto de revisión optaron por permitir el paso del convoy, el cual avanzó sin más interrupciones hasta Ciudad Juárez.
Finalmente, detuvo su marcha a la altura de la calle Aserraderos y Eje Vial Juan Gabriel, a un kilómetro y medio de distancia del río Bravo y del muro fronterizo con Estados Unidos; los viajeros, muchos de ellos con sus familias, estallaron de júbilo y algarabía
Los cientos de extranjeros descendieron y caminaron hacia el bordo del río Bravo; en su trayecto por las calles de la colonia Centro pedían agua a los ciudadanos pues se trató de un viaje de muchas horas, soportando temperaturas de hasta 32 grados centígrados.